Editorial: Planeta
Edición: 1989
Colección: Documento
Colección: Documento
Encuadernación: Rústica ilustrada con solapas
Páginas: 238
Medidas: 13,5 x 19,5 cms.
Impreso: Barcelona
Isbn: 84-320-4439-3
Reseña:
Al elevar la mirada en la noche, nos sobrecoge nuestra pequeñez frente a la grandiosidad del cielo estrellado e inevitablemente nos preguntamos sobre ese universo inmenso, ajeno a nuestro acontecer humano. Sin embargo, el hombre desde el principio de los tiempos, antes incluso de conocer la escritura, observa de qué modo ese cielo estrellado está en relación con su vida. Probablemente, el hombre primitivo, al encontrarse más inmerso en la Naturaleza que el actual, sentía con más inmediatez su integración en ésta y su sensibilidad lo hacía más receptivo a la consonancia de su propio ritmo vital con los ciclos de ella. Los doce signos astrológicos, o signos solares, se basan en una tipología ancestral, según la cual el signo zodiacal marca unas características dominantes tanto físicas como psíquicas, es decir marca un carácter, una personalidad, una manera de ser y de actuar. Las tendencias e inclinaciones de este carácter llevan a un mismo tipo de reacciones y, también, de elecciones profesionales, sentimentales o ideológicas, que conforman la propia vida. No se trata, pues, de un destino ajeno a nosotros, de una fatalidad inexorable que “alguien” ha dispuesto para el ser humano, sino que se trata de una manera de ser que marca, al final, nuestro camino: carácter es destino.
Contenido:
Al elevar la mirada en la noche, nos sobrecoge nuestra pequeñez frente a la grandiosidad del cielo estrellado e inevitablemente nos preguntamos sobre ese universo inmenso, ajeno a nuestro acontecer humano. Sin embargo, el hombre desde el principio de los tiempos, antes incluso de conocer la escritura, observa de qué modo ese cielo estrellado está en relación con su vida. Probablemente, el hombre primitivo, al encontrarse más inmerso en la Naturaleza que el actual, sentía con más inmediatez su integración en ésta y su sensibilidad lo hacía más receptivo a la consonancia de su propio ritmo vital con los ciclos de ella. Los doce signos astrológicos, o signos solares, se basan en una tipología ancestral, según la cual el signo zodiacal marca unas características dominantes tanto físicas como psíquicas, es decir marca un carácter, una personalidad, una manera de ser y de actuar. Las tendencias e inclinaciones de este carácter llevan a un mismo tipo de reacciones y, también, de elecciones profesionales, sentimentales o ideológicas, que conforman la propia vida. No se trata, pues, de un destino ajeno a nosotros, de una fatalidad inexorable que “alguien” ha dispuesto para el ser humano, sino que se trata de una manera de ser que marca, al final, nuestro camino: carácter es destino.
Contenido:
- Sistemas generales de interpretación.
- Astrología individual.
- Microcosmos.
- Predicciones, interpretaciones individuales.
- Genetliaco de Ptolomeo